La verdad que cambia destinos eternos
Versículo base: Juan 3:17 (RVR1960)
«Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.»
No viniste al mundo a sobrevivir… viniste a ser salvo
Un día leí la historia de un hombre que, buscando ahorrar dinero, fue de puerta en puerta preguntando por el alquiler más barato de un caballo. Regateó, comparó precios y descartó al primero que le ofreció ayuda. Finalmente, volvió a ese mismo hombre dispuesto a pagar el precio inicial. Pero recibió esta respuesta: “No lo harás, porque fuiste a todos menos a mí”.
Quizá tú también has hecho algo parecido con tu alma. Has buscado propósito, paz, dirección… en la religión, en la filosofía, en el dinero, en la autosuperación. Pero no en Jesús. La buena noticia es que, a diferencia de ese hombre, Cristo no te rechaza aunque hayas llegado tarde. Él vino no para condenarte, sino para salvarte.
A continuación te doy algunas razones ¿Por qué necesitamos ser salvos?
1. Porque Jesús ya pagó el precio
La Biblia dice en Efesios 2: 1 que antes de ser cristianos, estábamos envueltos en nuestros delitos y pecados. Cristo ya pagó el precio en la cruz. Su sacrificio es suficiente, completo y eterno.
«Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Romanos 5:8)
No hay pecado tan oscuro que su sangre no pueda limpiar. No hay pasado tan roto que Él no pueda restaurar.
2. Porque la Biblia es suficiente para mostrar el camino
Otra razón de por qué necesitamos ser salvos es que hoy hay más conocimiento que nunca, pero el ser humano sigue vacío por dentro. Tú puedes tener varios títulos universitarios, tener muchas posesiones, incluso estar en un puesto de mucha importancia y seguir perdido. Pero si conoces la verdad de Dios, eres verdaderamente libre.
«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» (Juan 8:32)
La Biblia no es solo un libro antiguo. Es la carta de amor de Dios para ti o si lo quieres ver mejor, el libro de instrucciones.
3. Porque necesitamos ser limpios de nuestros pecados
No importa cuánto te esfuerces, no podes quitar el peso del pecado por tu propia cuenta. La culpa, la vergüenza y el vacío interior no se resuelven con buena conducta ni con pensamiento positivo. Solo Jesús puede limpiar lo que está sucio por dentro.
«Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos…» (Isaías 1:18)
¿Tienes manchas en el alma que nadie más ve? Jesús no te exige perfección. Te ofrece perdón si hay un arrepentimiento genuinio en tu corazón.
4. Porque tu alma necesita salvación eterna
Puedes tener éxito en la vida, pero si no eres salvo, lo pierdes todo. La eternidad es una realidad, y la salvación no es una idea religiosa: es el rescate de una vida separada de Dios.
«¿De qué le aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?» (Marcos 8:36)
No se trata solo de evitar el infierno, sino de vivir para lo que fuiste creado: comunión eterna con Dios.
5. Porque es la mejor herencia que puedes dejar a tus seres queridos
La casa, el vehículo, los ahorros… todo eso pasa. Pero una fe firme en Jesús es un legado que puede cambiar generaciones.
«Mas el justo por su fe vivirá» (Habacuc 2:4b)
Si amas a los tuyos, muéstrales el camino más importante: el camino a la cruz. No les dejes sólo bienes, déjales verdad.
Hoy es el día para recibir salvación
La necesidad más grande del ser humano no es más dinero, salud o éxito. Es la salvación.
Y la buena noticia es que ya ha sido provista. No tienes que buscar en otro lado. Jesús te espera con los brazos abiertos, sin condiciones, sin rechazos, sin regateos.
«Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.» (Juan 3:17)
¿Estás buscando en todos lados lo que solo Jesús puede darte? o ¿Puedes agregar otro motivo de por qué necesitamos ser salvos?